La web primitiva, la del siglo 20, era aquella que se caracteriza principalmente por ser unidireccional y realizada sobre contenidos estáticos. Las primeras páginas que vimos en Internet publicaban contenidos de texto que,una vez publicados, no se actualizaban salvo que el "webmaster" modificase dichos contenidos y volviese a subir la web de nuevo a internet. La web 1.0 tenía un carácter principalmente divulgativo, y empezaron a colgarse de internet documentos e información principalmente cultural. Poco a poco las empresas empezaron a tomar parte y las primeras webs de empresa surgieron, con diseños muy pobres (no había herramientas, ni tecnología, ni conexión suficiente como para hacerlo mejor) y contenidos que rápidamente quedaban anticuados al ser complejo actualizarlos.
La web 2.0 se asiento a mediados de la primera década de este siglo. Sustentada bajo unas conexiones a internet evolucionadas (ya teníamos ADSL), y mejores herramientas para desarrollar web, mejores servidores, etc., la web 2.0, también denominada "la red social", llena Internet de blogs, wikis, foros y finalmente, redes sociales. El objetivo de la web 2.0 es la compartición del conocimiento, es la web colaborativa y ha sido uno de los atractivos principales para atraer a usuarios (basta ver los usuarios de facebook que, hasta facebook, no tocaban un ordenador). Es un concepto que se originó en una sesión de brainstorming (o lluvia de ideas) entre Dale Dougherty de O’Really y Craig Cline de MediaLive International, quienes estaban preparando una conferencia y decidieron hablar del renacimiento de la Web después de la crisis de los punto com en 2001, en la que fracasaron páginas Web de muchas empresas. A partir de estas ideas, en una conferencia en octubre de 2004, caracterizan a la Web 2.0 como una nueva actitud o evolución de la Internet, que se resumía en tres principios básicos: la web como plataforma, la inteligencia colectiva y la arquitectura de la participación. Dicho de otro modo, este término propuesto por Tim O'Reilly se refiere a una segunda generación en la historia del desarrollo de tecnología Web, basada en comunidades de usuarios y en una amplia gama de herramientas, como las redes sociales, blogs, wikis y otros, que fomentan la colaboración y el intercambio de información. La Web2.0 es también llamada Web social por el enfoque colaborativo y de construcción social de esta herramienta, donde el usuario es el ente más importante de información.
La web 3.0 es la web semántica, la web de la nube, la web de las aplicaciones y la web multidispositivo. Hoy en día ya no solamente utilizamos ordenadores para conectarnos a Internet. Los tablets, los smartphones, e incluso los mapas interactivos, algunas tiendas, y en un futuro no lejano la automoción estará consumiendo Internet. La web 3.0 se presenta como una web inteligente (aunque creemos que para esto aun falta bastante), y principalmente aprovecha la nube para prestar servicios al usuario y eliminar su necesidad de disponer de sistemas operativos complejos y grandes discos duros para almacenar su información. Y volviendo al principio, es curioso que tras casi 20 años de internet, haya aún hoy en día tantas empresas que siguen torciendo la cara a internet. La Web 3.0 es considerada también como una extensión de Web Semántica definida por el premio Nobel Sir Timothy “Tim” John Berners – Lee. Y trata de poder enriquecer la comunicación mediante metadatos semánticos (ontologías) que aportan un valor añadido a la información, la diferencian y la hacen más inteligente. Por lo que los contenidos ahora ya no son tratados por su sintáctica sino por su semántica.
La Web 4.0 es el próximo gran avance y se centra en ofrecer un comportamiento más inteligente, más predictivo, de modo que podamos con sólo realizar una afirmación poner en marca un conjunto de acciones que tendrán como resultando aquello que pedimos o decimos. Esta nueva versión de la Red se basa en explotar toda la información que ahora mismo contiene, pero de una forma más natural y efectiva. Es decir, puedes decirle «Reserva una mesa para cenar hoy» o «Pide un taxi» a tu dispositivo -que puede ser un smartphone, wearable o quién sabe cuál- y automáticamente ejecuta dicha acción sin más intervención propia. Ofrece soluciones a partir de toda la información que existe en la Web Para lograrlo, se fundamenta en cuatro pilares: -La comprensión del lenguaje natural y tecnologías Speech to text (de voz a texto y viceversa) -Nuevos sistemas de comunicación máquina a máquina (M2M) -Uso de la información de contexto. Por ejemplo, ubicación que aporta el GPS, ritmo cardiaco que tu smartwatch registra, etc -Nuevo modelo de interacción con el usuario
Y llegamos siguiendo este recorrido digital a lo que depara la evolución tecnológica, la web 5.0. Hasta el momento estamos ante un entorno web emocionalmente neutro. En un futuro próximo las emociones estarán incorporadas a partir de dispositivos y herramientas que reconozcan qué tipo de sensaciones genera un vídeo, o qué reacciones provoca un texto, incluso estados de ánimo representados en nuestros avatares. Dispositivos ligeros, portátiles, de alta resolución, con implantaciones neuronales, memoria y velocidad de aprendizaje, capaces de una interacción total donde tendrá presencia lo que siente el usuario, es la web sensorial y emotiva. Nuevas formas de hacer marketing. Agencias de comunicación online ¿preparadas para el futuro?